Cuiden a los Niños

MALA UVA-.

Y es que termina una año y empieza el siguiente. Nada especial, por otra parte. Y dentro de unas horas estaré engullendo marisco corriendo el riesgo de transformar mi flora intestinal en una colonia de anisakis (o como se llame). Y la carne que cocine estará engordada con endorfinas, y veré cómo se desinfla nada más echarla sobre una humeante y fina capa de aceite. Y tragaré cantidades ingentes de vino y champán o cava -como uds. lo vean-. Atacaré a mi glotis con un buen puñado de turrón y mazapán, dotando a la velada de un toque sentimental y ñoño haciendo que lagrimeen mis ojos ligeramente con el atragantamiento. Y vendrá Ramón García bien pertrechado de capa y leontina para felicitarnos el 2005, que si por el culo te la hinco, o el año nuevo, que si agárrame los huevos, y todo eso. Y comeré las uvas como el que come agujeros de donut hasta llegar a la séptima, justo cuando empiezas a perder la cuenta de las campanadas porque luchas por no morir asfixiado por tan aparentemente minúsculo fruto. Y entonces vendrán los vecinos, las llamadas, los fuera de cobertura, las redes saturadas, los chascarrillos y los gin-tonics. Y copa en mano y contenido en la camisa miraré de reojo a la tele y echaré de menos a Sabrina y su boysx3 mientras lamento estar escuchando un play back de Bustamante. Y que si los buenos propósitos, que si feliz entrada y todo eso, cuando justo lo que estás deseando es salir y hacer un sin fin de cosas malas y nada saludables.
Ya llegará el día 3, la vuelta a clase, al insustancial curro, a la rutina... y espero que en este 2005 todo eso vaya cambiando y mutando a mejor; aunque en realidad nunca se sabe. Yo al menos os tengo a vosotros, y brindo por ello. Por seguir viéndonos, por seguir sintiéndome vivo y con ganas de luchar. Entonces, justo en ese momento, vendrá Germán Yanke cargado de cruda realidad y de triste pasado próximo, y me recordará que después de la ficción hay que volver a la vida real, y es que el propio Harry Potter, después de tanto vuelo en escoba, volvía a su casa en tren. Entonces vendrán a mi mente muchas imágenes, y por un segundo volveré a ver a todas esas personas esperando a que el mar les devuelva lo suyo mientras yo espero a que el camarero me devuelva mi cambio. Y me sentiré sucio. Pero sólo me durará hasta el siguiente trago...
En fin, así esta el patio. Un abrazo, un beso y mucha suerte. O por lo menos ánimo para salir a encontrarla. Se os quiere.

LECCIONES DE FAUVISMO-.

Tampoco quiero ir muy de listón por la vida, así que diré que no puedo recordar el título de ninguna obra de Matisse (quizá sí el aspecto, aunque tampoco sé si lo que viene a mi mente tiene algo que ver con el autor ni el movimiento en cuestión). Sólo vengo a transmitiros unas meras nociones, o si no una simple anécdota sobre esta simpática vanguardia de principios del XX. Fue allá por 1905 cuando un tal Vauxcelles (letra más, letra menos) definió lo visto en el salón de otoño de parís como "Donatello entre la fieras", que venía a decirse fauves en algún empalagoso idioma foráneo. Pues a estos personajes que pintaban como niños pequeños y que parecían usar plastidécor y ceras manley les gustó el adjetivo y se lo apropiaron gustosamente.
Señor Vauxcelles, levante la cabeza y acuda en el 2005 a mi salón, o a mi habitación, e intente definir la obra de don Luis Miguel Bueno y el aspecto de las fieras que lo rodean. No rechace mi invitación y acuda bien pertrechado de morapio o cerveza en su defecto, la absenta correrá de cuenta de chinasky...

Soldado, ud. también está invitado a valorar mi obra, pero sólo desde esta ventana virtual, bastante me está costando convencer a mis padres de que un crítico resucitado pasará las navidades con nosotros.

ZOOPEDOFILIA-.

Y no estoy hablando de nada parecido a mantener vejatorias relaciones sexuales con cachorros de ninguna especie animal, ni tan siquiera a masturbarse con el imaginario desnudo de una posible hija de betty boop (o como se escriba). Hablo de llevar a nuestros pequños al zoo -minizoo en caso de vivir en una pequeña capital de una despoblada provincia. Y, como la misión que me fue autoimpuesta al inaugurar este blog fue la de mantener vivos valores y costumbres que ayuden al sano crecimiento físico y personal de nuestros sucesores, voy a pasa de hablar de temas futiles y os animo a llevar a los pequeños al zoológico.
La verdad es que tenía pensado colgar la foto que me hice el sábado con vargas llosa en un pequeño restaurante coloretes de morapio en ristre, e incluso la del cuadro de luis miguel bueno que acabo de colgar en una de las paredes de mi templo, pero va a ser que no. Y ojo, que no digo que la cultura no sea necesaria, e incluso la considero primordial, pero es que uno ve la foto de la cabrita del minizoo y cambia de parecer. Tan afable, tan tierna, tan...

...ella.