Ojalá así sea. Que ya son 26 los tacos que me han caído, y aquí sigo. O allí, mejor dicho. Y es que hoy por hoy uno tiene la sensación de ir caminando hacia atrás, ni tan siquiera de lado, como los cangrejos.
El tiempo pasa y yo no avanzo. El pasa. Y yo paso. Yo ni un paso. Y ahora un poco de paro, un poco de curso del SEPECAM, un poco de illustrator en casa, un poco de gimnasio y un poco de brujería (que en verdad no es poco).
Vaya, sé hacer algún logo, alguna ilustración, no sé. Me empieza a gustar esto del diseño, aunque cada vez me frustra más pensar que nunca llegaré a ganarme el pan escribiendo o tecleando.
Pero algo suena al fondo. Deben ser los vientos del cambio, los de los nuevos tiempos. Y yo no sé a quién o qué afectarán. Pero veo que la iglesia española apoya la utilización del demoníaco preservativo, y que Juan carlos y doña Sofía han decidido bajarse al moro y pasar de tanta mierda de embarazos rupturas y todo eso a lo que se dedica un miembro de una casa real...
Y entonces enchufo la fuente que me regalaron los ESD y no echa ni gota. Vierto acuarela líquida en el recipiente y lo que parecía una inerte macarrada se convierte en la sanguinolienta banada sonora de mis ratos de lectura (siempre y cuando Avulsed lo permita).
Gracias a todos, presentes y ausentes. Señor Barco junior, mítica velad, tenía usted razón, mítica velada.
Salud, bizcocho barnizado y chupito mejillón...
Sí señores, el jebi cumple en un par de días (el mítico 12) los míticos 26, y desde el mítico 6 está de nuevo en paro. Por las tardes. Por la mañana sigo aprendiendo illustrator y todo eso, y de momento enfoco lo aprendido en poco más que la organización de pequeñas reuniones...