A partir de hoy la palabra baloncesto seguirá siendo importante para los de siempre, y la sexta, que a pasado de un 0,6% de share a un 50 al ritmo de los helicópteros y ametralladoras del señor Montes. España gana otro mundial en un deporte de equipo que no es el fútbol, pero éste no ha podido dejar de estar presente. Mientras Pau se dejaba los huesos en el parqué para doblegar a Argentina los chicos del balompié metían 4 golitos a Lietchenstein asegurando tener envidia de los aventureros japoneses. Recuerdo que hace unos años ellos también jugaron un mundial en Japón, y que pasaron de octavos en los penalties, creo. Envidia la mía.
Y mientras Pepu honra al doctor Naishmith y llora a su padre Pipi pasea su amor por una estrella del porno de plató en plató, que es la única manera en la que ella sabe demostrarlo, ante las cámaras. Y el primer mundial para España, y el cuarto hijo de los Beckham, volviendo a estar en un candelero tan humeante como la torre espacio. Si es que manda cojones que en la noche del basket se incendie la torre más alta de este país, en la antigua ciudad de los deportes del madrid. Así pronto olvidamos que nuestra torre era un chaval de sant boi, devolviendo nuestra atención a un pequeño planeta verde oscuro llamado fútbol. Florentino fue el artífice de la transacción, Gallardón colaboró en la recalificación, y ahora Villar Mir prende fuego a su torre para quemarse a lo bonzo viendo la nefasta apariencia del señor Calderón. Menos mal que cuenta entre sus socios con Carlos Sainz, ahora podrá decir aquello de TRATA DE APAGARLO CARLOS, y protagonizar aquella inolvidable escena con un extintor en su mano...
Vaya imagen. Las ruinas del R. madrid ardiendo a merced del viento africano. Se extinguieron porque los cadáveres no arden.
Posted by: hapu on 5 de Septiembre 2006 a las 10:40 PM