"la vida te sonríe, hace frío y llovizna..."
Eso me cantaba hace ya muchos años el señor Yosi, poeta ya para mí olvidado. Apenas recuerdo cómo seguía la letra, pero tengo ganas de rebuscar entre mis discos abandonados y volver a estar siempre igual. Rodríguez tenía trabajo, y tenía jefe. Pero no tenía vida. Ni ganas de vivirla.
Yo sí tengo vida. Y quiero vivirla. Pero algo me lo impide. Unas invisibles cadenas me rodean y obstaculizan cualquier intento de movimiento. Desplazarme se ha convertido en una penosa tarea y, cuando lo hago, realmente no lo hago. Deambulo.
Cómo me gustaría ser ahora mismo José Luis Perales, y dejar que le lluvia me empapase y así empaparme de su romántica melancolía. Pero eso para mí no tiene nada que ver con el amor.
Es increíble cómo ha podido llegar a corroer mis entrañas de tal manera la desidia. Cansado de no hacer nada y demasiado acostumbrado a hacerlo como para hacer algo distinto. Necesito sorpresas, novedades.
Llevo 2 días apuntado al gimnasio. Bien, lo cogí con ganas. De momento he conseguido empaparme camino de vuelta a casa todos los días y un agudo dolor que se extiende desde la barbilla al ombligo. Y ése es su eje. El dolor gira sobre él constantemente, y hace insoportable el peso de las cadenas...
Miro el móvil a ver si no he escuchado una llamada o he recibido algún mensaje. Nada. Ni tan siquiera del 4444. Abro mi blog y leo los comentarios. Acabo en seguida, no hay nada nuevo. Quizá porque mis escritos carecen de contenido, o no son novedosos. Normal. Joder! Necesito sorpresas, que alguien se lleve mi queso!
Aunque quizá deba salir yo a buscarlas. Y así transformar la sorpresa en casualidad, causalidad, eso que llaman estar en el sitio adecuado en el momento preciso. Lo dudo. Que alguien tire de mi correa porque me he convertido en un perro. Hoy he escuhado durante horas los Ramones (y sólo tengo un disco de poco más de 30 minutos), y no sé porqué. Pero por ese mismo motivo no escucharía a los Suaves. Dios, he vuelto a la infancia? No creo.
Sólo sé que desearía poder leer Crónica de una Muerte Anunciada a oscuras. Tumbarme en el suelo y pasar sus páginas muy lento. Inventando su contenido mientras espero que llegue ya mañana para poder volver a verte...
Y es que la vida me sigue ofreciendo cosas bellas. Y me sigue obligando a elegir entre opiciones, aunque ahora sean mucho más banales. Y es una actividad costosa. Dura. Pero que hemos de llevar a cabo. Ahora mismo dudo entre seguir escribiendo o levantarme e ir a hacerme para cenar un buen
que aproveche pues,
"un buen ... de esos congelado"
yo también necesito sorpresas o cuelgo la toalla con esto ponerme en evidencia por aquí. Pero si te sirve, me gusta como lo cuentas.
Un abrazo a todos los que pasáis por aquí habitualmente. Y oro, pero más flojo, para los que lo hagan por primera vez. Cada vez que os encuentro, descubro una novedad...
Posted by: eljebi on 4 de Octubre 2003 a las 12:08 AM