En fin, simpre habrá estatuas y/o esculturas dedicadas a algún cerdo...
Saludos a Noreña.
Ahora bien, no todos los cerdos son iguales ni tampoco lo son las efigies que se dedican a los marranos. Yo he levantado un monumento más excelso que el Valle de los Caídos al cerdo marrano ibérico de pata negra. ¡Qué solomillo! ¡Qué secreto! ¡Qué papada! ¡Qué pernil! ¡Qué morcón! ¡Qué caldo de morcillas! ¡Qué güeña! ¡Qué costillar! ¡Qué chorizo! ¡Qué jamón! ¡Qué picadillo! ¡Qué manitas! ¡Qué morro!
¡Qué gran diferencia entre cerdos!