Cuiden a los Niños

DE JUANA, CHAOS Y LAS DEMÁS-.

Así que el único culpable de la situación de gravedad que vive el tal Iñaki es el propio Iñaki. Y no de estar en el talego, que también, sino de estar quedándose en los huesos como la Obregón.
Bueno, lo cierto es que Iñaki sí pudo conocer varón polaco y stripper en algún penal de Polonia, incluido el propio Darek de la bióloga, que durante unos meses actuaba en las duchas comunes de una prisión cualquiera por cosas de drogas y tal. Pero no creo que sea por eso.
Resulta que ahora él es culpable, además de probados asesinatos, extorsión, terrorismo, pertenencia a banda armada, amenazas y mil y una hijoputadas más, de su propia delgadez extrema. Bueno, que me entere. Así que este tío está a medio camino de la tumba, el talego, su casa y la pasarela de Milán. Vamos amigos, ya habéis olvidado el mal que han hecho en estas cabecitas locas los desfiles de moda, las diferencias en los tallajes, las exigencias de los diseñadores, las cositas de Rafa Amargo, la publicidad... Ahí está, la publicidad es la culpable. Qué culpa tendrá Iñaki de haber dejado de comer para intentar encajar en una sociedad que te juzga por todo estrechando cada vez más todos los cánanones excepto el de los autores? La publicidad y la tele son las culpables, como siempre. Y ahora en la tele sale Iñaki, flacucho y con el puño en alto, convirtiéndose en adalid de la anorexia abertzale, intentando sentar un precedente más en esta lucha constante entre el bien y el mal. Y así tenemos otro debate político preparado, y algo de que hablar en los bares, incomunicados del resto por carretera pero no por antena. Y venga Iñaki, y venga Alcorcón. Alcorcón y más Iñaki, bueno, cada vez menos Iñaki. Mejor hubiera sido no sacar el tema y darle tanto pábulo obligándole a ingerir alimentos patrios. Pero bueno, el mal está hecho. La tele y la publicidad han obrado, y ha llegado el momento de enmendarlo. Vale, entre nosotros queda que él es culpable de que su índice de masa corporal sea tan lamentable como el de esas pobres niñas que desfallecen en las pasarelas por culpa de la publicidad y la moda. Enfermos catódicos, a grandes males, grandes remedios! Dejemos a Iñaki encerrado en su celda y pongamos en su tele un sin fín de anuncios de burger king, esos culpables de la obesidad infantil, terroristas de la salud. Esos de "come como un hombre", y más hombre que Iñaki, que es vasco...

Ahora, defiendan su línea editorial habitual e intenter tergiversar mis palabras. Busquen indicios de apoyo a eta, o apoyo a la anorexia o incluso de apoyo a la pantoja, pero que conste que mi intención no es otra que denunciar esta actitud absurda y autoritaria de asignar a la publicidad el papel de causante de todos los males recuperando la teoría de aguja hipodérmica, denostada hace ya más de 50 años... se supone que la audiencia tiene cierta capacidad de respuesta, valoración y crítica, y si la ha perdido, será culpa de la publicidad, seguro!