El 9 de enero del 2004 sabrían la noticia. Manolo se acostó el día 8 y rezó por primera vez en su vida. Que mañana me digan que será niño, susurraba al cabecero de su cama mientras miraba de reojo todo lo que para su hijo había comprado. La equipación completa del Madrid, el balón de la eurocopa, dos juegos de espinilleras y el calendario Pirelli. En su habitación no había estantería, ni sitio para libros ni juegos, sólo lo necesario para convertirlo en un hombre de éxito, y a él, en un padre rico y orgulloso.
Felicidades, es una niña. Y el mundo se tiñó de negro aquél 9 de enero. Desde entonces caminaba con la mirada perdida camino al bar. Discutía airadamente de fútbol, pero evitaba el piropear a mujeres. Tristeza y desolación. Llegaba a casa y no miraba a su mujer. Se sentaba en la silla, frente a la mesa, con el AS entre la manos esperando la cena.
Aquí tienes cariño, unos callos. ¿Qué pasa, no te apetecen? ¿Prefieres alguna otra cosa?
Un niño, contestaba.
Y la mujer se quedaba en el sofá llorando mientras él escuchaba el larguero.
Bendito 30 de marzo. Ése día cambió la vida de Manolo. La sonrisa volvió a su cara. Un rayo de esperanza iluminaba su congestionado rostro. La sopa resbalaba por su barbilla mientras el veía a Marlene Morreau ser proclamada campeona de GH VIP. Y entonces recordó a Yola Berrocal saliendo triunfante del Hotel Glam, y a Fresita de GH. La mañana del 31 la habitación de la niña estaba preparada. Sólo había tenido que deshacerse del balón, el resto le sería muy útil para la educación de su niña.
Y Manolo pronto enseñó a su hija cómo mantenerse en la mayor de las inculturas. El Hola le enseñaba todo lo que había que saber para alcanzar el éxito. El AS le decía en quién centrar sus futuros cortejos. El calendario le enseñaba cómo posar y vestirse. El traje del Madrid era su señuelo. Y una vez aprobadas estas complicadas materias, llegó la hora de la masturbación y toda suerte de felaciones. Y manolo ponía sobre su rostro la foto de Ronaldo, y la joven se arrodillaba sobre las espinilleras entre unas paternales pantorrillas.
Ahora Manolo ve a su hija en la tele de Alcalá-Meco. Orgulloso. Y sus compañeros de presidio le felicitan. A él le quedan todavía 14 años por pederastia, pero su hija ya empieza a poner en práctica lo aprendido. Ya comienza a ser famosa, aunque de momento sólo se conocen sus iniciales
a mí no me fue tan mal con lo de las siglas de las siglas.
Posted by: ZP on 1 de Abril 2004 a las 02:04 AM