19 de Enero 2012
GRANDES LECCIONES PARA UNA VIDA DIGNA (y gratuitas, oiga)-.
Como os decía: resulta que las mayores lecciones no se aprenden en aula o pupitre, ni siempre vienen dadas por otras personas. Ayer, Satxa, nuestra sabueso, nos enseñó y enriqueció de veras (claro, que también tengo que decir que es una de las mejores personas que conozco).
Hace sólo dos días, el glaucoma decidió llevarse de su ojo derecho lo que del izquierdo le habían arrebatado hace ya tiempo a base de palos y abandono. Ayer, en su primera mañana como perrilla ciega, lo primero que hizo nada más despertarse fue estirarse y venir hacia nosotros moviendo sin parar el rabo buscando la puerta para salir a la calle. Si eso no es vivir el momento, que venga alguien sin glaucoma y lo vea...
También es verdad que los humanos, cúspide de la creación o la evolución, tenemos otra opción que ella ni siquiera contempla, la de compadecernos de nosotros mismos y lamentarnos por nuestra negra suerte. Qué queréis que os diga, lo pasamos mal al enterarnos que perdía la vista completamente, pero sólo tuve ganas de llorar cuando la vi en casa venir a tientas hasta el salón para echarse como si nada frente a nosotros.
No sé quién fue el que dijo aquello de "en la oscuridad, el sabio se choca con las pareces, el necio permanece inmóvil".