Continuando con la genial línea inaugurada la semana pasada bajo el concepto "el cuaderno que me regaló el Cholo", vais a permitirme saltarme aquello del orden y dedicar este garabato a los más de 15.000 que nos juntamos ayer en Mieres (a los millones del resto del mundo)...
Dejándome llevar por la ola de indignación, ahora que encontramos una débil corriente favorable, comienzo a darle uso al cuaderno del cholo y los plastidécor de la bruja.
El orden no obedece más que a la ocurrencia, el trazo, a la más absoluta ausencia de talento.
IMPRESIONES EN PLASTIDÉCOR 1: el político