A que ahora no os cae tan mal el tal Adelson? Aunque venga con su propio equipo de arquitecto, su antisindicalismo, el tea party y demás parabienes...
Sí, es cierto, amigos diseñadores, lo suyo sería colgarlo de un madroño!
Esta viñeta me recuerda el comentario aquel de la ínclita Doña Maneli y sus deseos sobre Doña Esperanza y la catenaria del tren.
Carpe diem